I.
Período antiguo o de iniciación (siglos I al IV)
Padres
apostólicos (siglo I); pensadores cuya vida transcurrió en los tiempos apostólicos.
Destaca San Clemente de Roma.
Padres
de la Iglesia o patrística (siglos II y IV); Con la excepción de San Agustín de
Hipona (354–430), no crearon un sistema filosófico completo. El pensamiento
agustiniano dominará toda la filosofía medieval hasta el siglo XIII, en que
surgirá Tomás de Aquino:
a)
Padres apologistas (siglo II); destacan San Justino y Tertuliano. Defendieron
al Cristianismo de los ataques paganos. Filosóficamente no tienen gran interés;
en general, su postura frente a la filosofía pagana es adversa;
b)
Escuela cristiana de Alejandría (siglos II y III); primeros intentos de
exposición sistemática del pensamiento cristiano en términos filosóficos.
Reivindicaron el cristianismo como la expresión más perfecta del pensamiento
filosófico. Tuvo como fin ilustrar y formar a los cristianos y atraer a los
gentiles a la fe cristiana. Destacan San Clemente de Alejandría y Orígenes.
Postura conciliadora respecto de la filosofía;
c) Los
capadocios (siglo IV); en su enseñanza cristiana manejan todo el instrumental
de la filosofía griega. Destacan San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San
Gregorio de Nisa, originarios de Cesarea de Capadocia.
II.
Período de transición (siglos V al VIII)
Pseudo
Dionisio: personaje anónimo, probablemente del siglo V; gozará de gran
prestigio entre los escritores cristianos de los siglos VI y VII.
Boecio
(hacia 480–525); traduce y comenta algunos libros del Organon aristotélico; el
conocimiento que se tiene de Aristóteles en la Edad Media hasta el siglo XI se
debe, fundamentalmente, a su aportación personal.
Beda el
Venerable (siglos VI–VII).
San
Isidoro de Sevilla (siglos VI–VII), quien funda una escuela para la formación
del clero que actúa como foco de cultura para toda España; escribe las
Etimológicas, obra de carácter enciclopédico muy consultada en la Edad Media.
III.
Escolástica (siglos IX al XIV
Período
de formación (siglos IX al XI); el renacimiento carolingio: hacia el año 800,
Carlomagno funda una academia para la formación de los gobernantes que da lugar
a un importante período de desarrollo cultural en el siglo IX:
Juan
Escoto Erígena (primera mitad del siglo IX);
San
Anselmo (1033–1109); importante filósofo, en particular por su «argumento
ontológico» para la demostración de la existencia de Dios.
Período
de desarrollo (siglo XII). El problema fundamental más tratado fue el de los
universales:
a) la
escuela de Chartres. Destaca Juan de Salisbury;
b) la
escuela de San Víctor. Destaca Hugo de San Víctor.
Período
de apogeo (siglo XIII):
a)
Aristotelismo cristiano: recuperación del pensamiento aristotélico. Destacan
San Alberto Magno (1206–1280) y Santo Tomás de Aquino (1224–1274);
b)
Filosofía del franciscanismo: vuelta al agustinismo y platonismo. Destacan San
Buenaventura (1221–1274) y Duns Scoto (1266–1308).
Decadencia
(siglos XIV y XV):
Guillermo
de Ockham (1290–1349).
La época
alrededor de 1800 significa una pausa histórica, no sólo en la historia europea
en general —desde la Revolución francesa, pasando por las guerras napoleónicas,
hasta el Congreso de Viena y la Restauración—, sino en particular también en la
historia de la cultura: es un fin y un nuevo comienzo. La filosofía cristiana
(católica) en su forma tradicional parece superada y casi totalmente barrida
por los seguidores del filósofo racionalista (católico) René Descartes que,
intentando demostrar que la verdad existe en un mundo que se volvía escéptico,
dejó de lado la fe y los sentimientos, marcando toda la filosofía moderna y
contemporánea a favor o contra del racionalismo, así surgen: la Ilustración, el
pastor cristiano pero no católico Immanuel Kant, el idealismo y el positivismo
(hiper-racional o cientificista). Está como sumergida en un vacío intelectual y
tiene que empezar de nuevo a encontrar su conexión con la vida cultural de la
época. En esta situación se produce un nuevo despegue de orientaciones y
enfoques metodológicos, adecuados a los hechos, en el pensamiento cristiano.
A fines
del siglo XIX y en concreto durante el siglo XX una serie de pensadores
cristianos impulsados por la carta encíclica Aeterni Patris de León XIII
empezaron a discutir en torno a la existencia de la filosofía cristiana,
Étienne Gilson fue uno de los primeros en defender la existencia de una
filosofía cristiana, eso causó revuelto en los pensadores de los primeros años
del siglo XX, también el historiador racionalista Émile Bréhier se suma a la
discusión argumentando en contra, así vemos que en 1931 la Sociedad francesa de
filosofía promovió un primer debate en torno al tema en el que participaron,
además de los mencionados, Léon Brunschvicg, Gabriel Marcel, Maurice Blondel, Marie-Dominique
Chenu y Jacques Maritain, entre otros. Tiempo después Martin Heidegger se
opondría resueltamente al concepto mismo de filosofía cristiana, y sus
argumentos han tenido y tienen aún gran influjo en el pensamiento filosófico.
Paradójicamente Heidegger es discípulo de Husserl, que descubre la
fenomenología gracias a su maestro el presbítero (cura) católico que le enseñó
la filosofía del doctor Santo Tomás de Aquino. Sin embargo, Husserl afirmó que
su mejor alumna era la cristiana Edith Stein. Además, en el año 1998 Juan Pablo
II con su carta encíclica Fides et ratio reabriría el debate de la existencia
de la filosofía cristiana haciendo un llamado a que se siga investigando, de
esta forma queda claro la existencia de la filosofía cristiana (específicamente
católica, centro y origen del cristianismo no católico posterior a Lutero).
Algunos filósofos cristianos, entre ellos Antonio Livi, han estado argumentando
a favor de la existencia de la misma, aunque aún hay mucho trabajo que realizar
en ese campo.
IV.
Ilustración (siglos XVIII y XIX)
Fernando
de Castro y Pajares (1814–1874).
No hay comentarios:
Publicar un comentario