Además
de ser un atareado filósofo de la naturaleza, Boyle dedicó mucho tiempo a la
teología cristiana, mostrando una inclinación a los aspectos prácticos e
indiferencia por las polémicas. Con la Restauración era bien recibido en la
corte, y en 1665 pudo haber sido nombrado director del colegio de Eton de
haberse ordenado, algo a lo que se negó en la creencia de que sus escritos
sobre temas religiosos tendrían un mayor valor en la medida en que fueran obra
de un laico y no de un ministro a sueldo de la iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario