Descartes
aspira a «establecer algo firme y durable en las ciencias». Con ese objeto,
según la parte tercera del Discurso, por un lado él cree que en general
conviene proponerse metas realistas y actuar resueltamente, pero prevé que en
lo cotidiano, así sea provisionalmente, tendrá que adaptarse a su entorno, sin
lo cual su vida se llenará de conflictos que lo privarán de las condiciones
mínimas para investigar. Por otra parte, compara su situación a la de un
caminante extraviado, y así concluye que en la investigación, libremente
elegida, le conviene seguir un rumbo determinado. Esto implica atenerse a una
regla relativamente fija, un método, sin abandonarla «por razones débiles»...
No hay comentarios:
Publicar un comentario